miércoles, 14 de noviembre de 2018

Introducción

Curso Bíblico

Introducción



Autores, algunos acontecimientos históricos, las formas literarias en que fue escrita, etc. 


Estudiar la Sagrada Escritura es estudiar lo más hermoso que existe. Hoy se oye con frecuencia: “Dios ya no habla en nuestro mundo; está callado”. ¡No es cierto! Dios siempre ha hablado y sigue hablando a los hombres. Y lo hace a través de su Palabra contenida en la Biblia.

¿Queremos escuchar a Dios? Abramos la Sagrada Escritura. Ahí está todo lo que debemos hacer para llegar al cielo. Ahí está el camino para la verdadera felicidad. Ahí está la solución para todos nuestros problemas. Sólo tenemos que abrir, leer, meditar, interiorizarlo, vivirlo y transmitirlo.

La Biblia no es letra muerta o muda. Ella nos interroga, nos interpela, nos anima, nos acusa, nos enseña, nos amonesta. A quien medita la Biblia le pasará lo que a aquellos dos discípulos de Emaús, cuyos corazones ardían al hablarles Jesús por el camino de la vida (cfr. Lc 24, 13-15).

Abrir la Biblia es comprometerse con Dios, que nos habla. No se puede acercarse a la Biblia como curioso, sino como creatura ante el Creador, como hijo ante su Padre, como siervo ante el Señor: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”. La Biblia es un libro, no sólo para estudiar, sino para meditar, vivir y transmitir. “Bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios y la practican” (cf. Lc 11, 28).

En este curso vamos a estudiar la Biblia, aprenderemos muchas cosas nuevas acerca de ella, veremos sus autores, algunos acontecimientos históricos, las formas literarias en que fue escrita la Biblia, etc. Pero sólo seremos felices si, además de leer y entender la Palabra de Dios, la practicamos, la hacemos vida. Este es el objetivo de este curso de Biblia que hoy iniciamos: hacer vida la Palabra de Dios, encontrar en ella un mensaje personal y transmitirlo a los demás.

¡Qué hermoso es saber que Dios ha hablado a la humanidad, al hombre, a cada hombre! Primero se escogió un Pueblo, el pueblo de Israel; pero en él estábamos representados todos los pueblos. ¿Por qué se escogió ese pueblo? La respuesta sólo Dios la sabe?

Después fundó un nuevo pueblo, su Iglesia, abierto a todas las fronteras de raza, lengua y color. En la Biblia Dios nos habla a todos, sin excepción. Sólo pide oídos abiertos para escucharle, docilidad de corazón para aceptar su Palabra y voluntad decidida para ponerla en práctica, cueste lo que cueste.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Evangelio del Dia




Domingo 09 de Septiembre de 2018

“CIEGOS, SORDOS, MUDOS”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 35, 4-7A

“Los oídos del sordo se abrirán, la lengua del mudo cantará”

Decid cobardes de corazón: "Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios que trae el desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará." Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco un manantial. 
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL: 145
R. / “Alaba, alma mía, al Señor”

Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R.

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión de edad en edad. R.

SEGUNDA LECTURA
SANTIAGO 2. 1-5

“¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres para hacerlos herederos del Reino?”

Hermanos míos: No juntéis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con el favoritismo. Por ejemplo: llegan dos hombres a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y hasta con anillos en los dedos; el otro es un pobre andrajoso. Veis al bien vestido y le decís: "Por favor, siéntate aquí en el puesto reservado." Al pobre, en cambio: "Estáte ahí de pie o siéntate en el suelo." Si hacéis eso, ¿no sois inconsecuentes y juzgáis con criterios malos? Queridos hermanos, escuchad: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman? 
Palabra de Dios.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 7, 31-37

“Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”

En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: "Effetá", esto es "Ábrete". Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: "Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos." 
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Ciegos, sordos, mudos

El evangelio de hoy concluye con una alabanza a Dios por parte de la multitud, con palabras tomadas del profeta Isaías referidas al tiempo de la salvación: “Se iluminarán los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se abrirán… la lengua del mudo cantará”. La multitud, que sin duda son “los pobres de este mundo… los herederos del Reino”, como dice Santiago, aclama a Jesús porque hace estas cosas, y, por lo tanto, está dando cumplimiento a las profecías.

Parafraseando al profeta Isaías, he aquí que Jesús viene para curarnos de todos nuestros males. Pues no hay peor ciego que el que no quiere ver a Dios; no hay peor sordo que el que no quiere escuchar la Palabra de Dios; no hay peor mudo que el que no quiere dar una respuesta a Dios, que interpela nuestra vida, que nos llama y nos espera. Éste es, sin duda, el peor modo de ser ciego, sordo y mudo. Y Jesús, Dios salvador, viene a curar definitivamente estos males espirituales. Y lo hace para liberarnos de ese “mundo de silencio y soledad” en que podemos caer por actitudes propias (cuando nos centramos sólo en nosotros mismos y nos olvidamos de los demás) o por actos ajenos (cuando pasamos a ser invisibles para la sociedad). Cualquiera sea la situación, Jesús se acerca a nosotros y, con amor y ternura, nos dice “¡effetá!”, ábrete, dirigido no a los oídos, sino al corazón.

 “El encuentro con Jesús abre a la vida y a la fe, y el encuentro con los demás nos abre a la comunidad, para construir relaciones fraternas y solidarias” (Papa Francisco).

Oración: Señor, abre mi corazón, para escuchar tu Palabra y acoger tu paz y tu perdón. Amén.

“Abramos el corazón a Dios para escuchar su Palabra y acoger su paz y su perdón”

viernes, 2 de marzo de 2018

Cual es el Secreto


Cuál es el Secreto?

Cuentan que un rey muy rico de la India, tenía fama de ser indiferente a las riquezas materiales y hombre de profunda religiosidad, cosa un tanto inusual para un personaje de su categoría.

Ante esta situación y movido por la curiosidad, un súbdito quiso averiguar el secreto del soberano para no dejarse deslumbrar por el oro, las joyas y los lujos excesivos que caracterizaban a la nobleza de su tiempo.

Inmediatamente después de los saludos que la etiqueta y cortesía exigen, el hombre preguntó: “Majestad, ¿cuál es su secreto para cultivar la vida espiritual en medio de tanta riqueza?

El rey le dijo: “Te lo revelaré, si recorres mi palacio para comprender la magnitud de mi riqueza. Pero lleva una vela encendida. Si se apaga, te decapitaré”

Al término del paseo, el rey le preguntó: “¿Qué piensas de mis riquezas?” La persona respondió: “No vi nada. Sólo me preocupé de que la llama no se apagara”

El rey le dijo: “Ese es mi secreto. Estoy tan ocupado tratando de avivar mi llama interior, que no me interesan las riquezas de fuera”

Muchas veces deseamos vivir como mejores cristianos y tener vida espiritual, pero sin decidirnos apartar la mirada de las cosas que nos rodean y deslumbran con su aparente belleza. Procuremos “ver hacia adentro” y avivar nuestra llama espiritual, pues:

– Al tener nuestra mente y nuestro corazón puestos en el Señor, podemos aprender a conocerle y amarle.

– Las trivialidades y preocupaciones de la vida no podrán apartarnos del buen camino.

– Crecerá nuestro amor por la familia y nuestros semejantes, que son imagen de Dios.
Viviremos alegres en esta vida, preparándonos para alcanzar la felicidad eterna al lado de nuestro Padre.

Proverbios 22:4
“Riquezas, y honra, y vida, son la remuneración de la humildad y del temor de Dios”

Proverbios 11:28
“El que confía en sus riquezas, caerá: Mas los justos reverdecerán como ramos”

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